Andorra es un estado con una extensión muy reducida, pero con un interés patrimonial inmenso. En efecto, el Principado tiene varios elementos que hacen de él un lugar que todo amante de la naturaleza debe visitar al menos una vez en la vida. Más concretamente, el país tiene tres puntos de los que está particularmente orgulloso.
Primero es necesario hablar del valle del Madriu-Perafita-Claror. Este punto fue declarado Patrimonio de la Humanidad Mundial por la Unesco en 2004. Dicho título declara al valle como de valor universal excepcional, ya que representa de manera perfecta la harmonía entre hombre y naturaleza.
Por otra parte, el país cuenta con el valle de Ordino, que fue declarado también por la Unesco como Reserva de la Biosfera desde 2020. Esto se debe a que es una de las zonas que ha sido menos alterada por la actividad humana. El título garantiza que es un área donde se puede observar directamente la evolución humana que respeta la naturaleza y se asegura de que siga siendo el caso.
Por último, las fallas de Andorra también han sido galardonadas con un reconocimiento de la Unesco, esta vez el de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad desde 2015. Las fallas se celebran la noche del 23 de junio con un espectáculo de fuego y la quema de hogueras para acoger la nueva estación.
Por todo esto, Andorra es un destino de gran interés natural, cultural y patrimonial.