Andorra es un lugar ideal para salir a buscar setas. En sus montañas crecen multitud de especies muy bien valoradas en la gastronomía, pero no se deben recoger de cualquier manera. Antes de conocer las variedades más populares, vamos a explicarte el procedimiento adecuado para garantizar que estos manjares continúen creciendo en abundancia.
Pueden recolectarse a mano o utilizando una navaja. En el primer caso, se debe sujetar la seta por el tallo y girarla 360 grados. Si se saca del tirón, se dañará el micelio y afectará al crecimiento de más hongos. Si, por el contrario, se utiliza una navaja, debe contarse la base del tronco sin introducir la hoja en el suelo. Es importante no remover la tierra ni la hojarasca.
Para guardar las setas, la mejor opción es una cesta de mimbre, para que el hongo pueda esparcir sus esporas a través de los agujeros de esta y crecer de nuevo. Además, utilizar una bolsa de plástico impide que las setas transpiren, por lo que podrían estropearse antes de llegar a casa.
Setas comestibles de Andorra
El níscalo
Una de las setas más populares en Andorra. Suele crecer en pinares y se caracterizan por tener un color anaranjado, con un sombrero que dibuja círculos concéntricos y un pie cilíndrico de pocos centímetros. Al cortarlo, desprende un líquido naranja.
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Cep
La seta por excelencia. Es sencillo identificarlo: cuenta con un sombrero de color marrón claro y semiesférico que, a medida que crece, va tomando una forma convexa. Además, el borde tiene una línea blanca. No es nada inusual encontrar ejemplares en los que su diámetro supere los 25 centímetros y su tronco, robusto y consistente, puede llegar a los 20, aproximadamente. Es similar a otras especies, pero también son boletus comestibles.
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Pie de rata
Cuenta con un pie blanco del que brotan muchas ramificaciones de color amarillo, similares a un coral. Su carne tiene un sabor suave y su olor es agradable. Alcanza los 10 centímetros de altura y los 20 de altura, aproximadamente. Se puede encontrar en pinares. No se debe confundir con la Ramaria formosa, de color salmón.
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Marzuelo
Considerada como un excelente comestible, esta seta es la primera en aparecer después del invierno y es muy difícil de encontrar, ya que crece semienterrada. El sombrero puede llegar a medir algo más de 10 centímetros y tiene tonos grises. El pie es grueso y corto y las láminas son gruesas.
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Senderilla
Muy común y fácil de identificar, es muy valorada por su versatilidad a la hora de cocinarla. Crece tanto en primavera como en otoño y suelen aparecer en corros, en zonas de pradera y pasto. El sombrero va de los 2 a los 7 centímetros, aproximadamente, tiene forma de campana al principio y tira a plano cuando madura. Su carne es color crema y sus láminas son gruesas y bastante separadas.
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Fredolic
De color gris y textura aterciopelada, pueden encontrarse en el monte hasta que comienzan las primeras heladas. Suelen crecer en grupo de manera abundante, por lo que podemos llenar la cesta si encontramos un buen setal. El sombrero puede alcanzar los 9 centímetros de diámetro y las láminas son desiguales y espaciadas en el exterior. Otra de sus características es que el tronco es delgado y se rompe con mucha facilidad.
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Rebozuelo
Fácil de encontrar cerca de los robles, castaños o encinas. Tienen un característico color amarillo, un agradable aroma y un gusto suave. El pie es pequeño y macizo, y va creciendo en diámetro hasta llegar a las láminas. Su sombrero se levanta por los lados y puede superar los 12 centímetros.
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Trompeta amarilla
Pequeñas y con una forma característica, son difíciles de confundir y, si se hace, se tratará de una subespecie comestible. No obstante, son complicadas de localizar. Tal y como indica su nombre, tiene forma de trompeta, su interior es hueco y su pie tiene un color amarillo anaranjado. En cuanto a su carne, es elástica, fibrosa y no suele agusanar. También cabe destacar que crecen en grandes grupos.
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Hongo coliflor
Recibe su nombre por su similitud con dicha verdura. Formado por ramas aplanadas, entrelazadas y rizadas y una base densa. Este tipo de hongo suele crecer en bosques de coníferas, al pie de los pinos. Puede llegar a alcanzar un diámetro de unos 30 centímetros y su coloración va del blanco al amarillo.
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Apagador
Una de las setas más grandes que podemos encontrar. Con un mamelón central, su sombrero tiene una forma convexa plana y pueden alcanzar fácilmente los 30 centímetros de diámetro. Sus láminas son blancas, apretadas y blandas y su pie puede llegar a medir 40 centímetros. También poseen un anillo en el tronco, muy evidente en aquellos ejemplares que ya se han desarrollado. Es muy apreciada en la cocina y es habitual en muchas zonas y tipos de suelo.
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Morchella
Muy codiciadas entre las personas que buscan setas y difíciles de encontrar. Las colmenillas destacan por su delicioso sabor, aunque son tóxicas en crudo. Para eliminar las toxinas, el método más efectivo es deshidratarlas. Si deseas hervirlas o freírlas, siempre podrás hidratarlas de nuevo en unas semanas.
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Setas no comestibles de Andorra
Matamoscas
Bonita y venenosa a partes iguales. Se trata de una seta que puede alcanzar los 25 centímetros de diámetro, de color rojo y con escamas blancas. Su carne es frágil y el tallo es muy esbelto. Su ingesta puede provocar náuseas, vómitos y dolores abdominales. También puede producir alucinaciones, taquicardias y episodios de euforia o irritabilidad.
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Cicuta verde
La seta que más intoxicaciones provoca cada temporada dado su parecido con otras setas comestibles. Además, es una de las más mortíferas para los humanos. Su sombrero es convexo cuando es joven y se va aplanando con el paso del tiempo, llegando a los 15 centímetros de diámetro. Las tonalidades que adopta son verdosas y amarillentas. En cuanto a sus láminas, son de color blanco, anchas y desiguales. Por último, el pie es cilíndrico y se va ensanchando hacia la base.
Su peligro reside en que, cuando aparecen los primeros síntomas, entre 6 y 48 horas después de haberlas consumido, los daños que han provocado en los órganos pueden ser irreversibles. De hecho, en muchas ocasiones es necesario un trasplante de hígado.
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Boleto de Satanás
Destaca por su gran tamaño (pueden alcanzar los 30 centímetros de diámetro) y sus colores llamativos. Además, su olor es bastante desagradable. Si se ingiere, provoca nauseas, vómitos, dolor abdominal y diarreas. Todos los síntomas aparecen entre los 20 minutos y las siguientes 5 horas, aproximadamente.
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Setas Inocybe
Este género de hongos cuenta con un gran número de variedades tóxicas y, aquellas que son comestibles, son muy difíciles de distinguir, por lo que es mejor no recoger ningún ejemplar. Tras su ingesta, aparecen sudores, vómitos, diarrea débil e incluso disminución del ritmo cardíaco o ansiedad. Algunas también contienen alucinógenos.
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Dermocybe semisanguinea
De talla pequeña, sobrero acampanado y colores anaranjados o amarillentos, contiene el veneno de Orellanina. Los primeros síntomas no aparecen hasta pasados 2 o 3 días y son similares a la gripe común: dolor de cabeza y estómago, náuseas, vómitos… después, provoca insuficiencia renal.
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Cortinario de montaña
Color que va del amarillo al ocre o rojizo y sombrero carnoso y acampanado. Se trata de una seta muy peligrosa, ya que el veneno puede llegar a actuar hasta dos semanas después de la ingesta, afectando al hígado y los riñones y causando necrosis, por lo que es capaz de causar la muerte.
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Falso níscalo
Muy similar en aspecto al níscalo, puede producir trastornos intestinales, náuseas y vómitos. Podemos diferenciarlos porque esta variedad está cubierta con una especie de pelos blancos y saca una leche blanca al cortarlo.
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Galerina Marginata
Se trata de una seta muy tóxica, con forma convexa y que alcanza hasta los 4 centímetros de diámetro. Aunque tiene un color y tamaño parecido a la Senderilla, esta tiene las láminas más pequeñas, abundantes y juntas. Produce daños renales o hepáticos irreversibles e incluso puede provocar la muerte.
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Tricholoma Virgatum
Guarda un aspecto similar al fredolic, pero podemos distinguirlas con el tacto: tiene el pie macizo, más grueso. Además, su sombrero no llega a aplanarse por completo en ningún momento. Además de tener un sabor muy amargo, es sospechosa de ser algo tóxica.
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Lepiota
Existen diferentes especies de lepiotas que son tóxicas y que son muy parecidas al apagador. No obstante, estas no llegan a crecer tanto como el hongo comestible. Para asegurarte de no confundirte, nunca recojas una seta de este tipo que tenga un sombrero con un diámetro menor a los 10 centímetros. Las lepiotas contienen el mismo veneno que la cicuta verde: provocan diarrea, cólicos y atacan con mucha agresividad los riñones, causando problemas irreversibles o la muerte.